Aplicación del Cineclub Toledo, con la programación, información de las películas y sesiones. Acceso a compra de entradas. Descarga del folleto. Localizaciones.
HISTORIA DEL CINECLUB:
Los inicios del Cineclub Municipal han estado marcados por los ciclos de cine dedicados a Humphrey Bogart o Alfred Hitchcock. Fue histórico el día que se ofreció el film franco-japonés “El imperio de los sentidos”, dentro del ciclo “Temas de nuestro tiempo”. No se había estrenado en Toledo y la expectación que creó fue tal que un pueblo cercano a Toledo llegó a fletar un autobús para que sus vecinos viniesen a verla.
Fue en los años 90 cuando surgió la idea de dejar de poner películas antiguas y de optar por trabajos más recientes, en versión original y, en muchos casos, que no llegaban a ser estrenadas en Toledo. “Se pusieron las bases del funcionamiento actual del Cineclub Municipal”, explicaba Hernández Ponos.
Otro momento importante fue cuando en el año 2005 se decidió extender las proyecciones a otros barrios, primero a la sede de la CCM, en la calle Ocaña, y al poco tiempo al barrio del Polígono. “Llegamos a pensar que no íbamos a obtener buenos resultados pero ocurrió todo lo contrario y aumentó el número de asistentes”.
Si por algo se caracteriza el Cineclub Municipal de Toledo es por la fidelidad de sus espectadores. Cada semana -los lunes en el C.C. Liberbank, en la calle Talavera, a las 20:00 horas; los martes en el Teatro de Rojas a las 19:00 y 22:00 horas; y los miércoles en la Sala Thalía del Polígono, a las 20:00 horas- las salas se llenan de aficionados al cine que han hecho de esta cita un referente cultural de la ciudad.
Por todo ello, en el año 2003 la Real Fundación de Toledo concedió uno de sus premios al Cineclub por la labor cultural que ha venido desempeñando en el Casco, “un recuerdo muy especial”, resaltaba su creador.
El origen de los cineclub en España están ligados a los foros cinematográficos que comenzaron en los años 60 y 70 en los colegios mayores. Muchos de ellos eran de mala calidad por lo que poco a poco fueron desapareciendo, permaneciendo en el tiempo, únicamente, aquellos algo más profesionalizados. Además del de Toledo, en Castilla-La Mancha hay otros que llevan muchos años funcionando, como el de Talavera o el de Cuenca.